"Los indicadores de la Encuesta Social muestran un número creciente de colombianos que considera que su empleo o actividad principal no le proporciona las condiciones necesarias para su bienestar, otro número creciente opina que las condiciones económicas han empeorado y que cada vez hay menos oportunidades para su desarrollo. Las cifras de pobreza muestran una involución preocupante, las de salud señalan niveles crecientes de morbilidad. Por otro lado el desempleo continúa por encima de 15%. Ante tales resultados muchos analistas hablan, cada vez con mayor estridencia, de la bomba social. En opinión de Fedesarrollo, la bomba social no se detona simplemente con la voluntad de quienes tienen a cargo la política económica y social. Dadas las crecientes dificultades fiscales, incumbe aumentar la eficiencia del gasto social y establecer prioridades. En materia educativa, se estima que del millón y medio de cupos que pretende crear el nuevo gobierno, la mitad se podrían conseguir sin necesidad de contratar nuevos maestros ni de construir nuevas escuelas. En salud, también se ha presentado un aumento sustancial de los recursos con efectos innegables sobre el acceso de los más pobres. En asistencia social, la falta de una visión estratégica se ha materializado en un conjunto de programas desarticulados y de impacto dudoso. El mensaje es claro: si la eficiencia de la inversión social no aumenta, la bomba social podría pasar de una metáfora poca imaginativa a una realidad poco halagüeña."