Prospectiva Económica, Marzo 2025
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Date
2025-03Author
FedesarrolloAsistente
Beltrán, Hugo C.González, Alejandra
Parra, José J.
Montoya, José J.
Silva, Carolina
Peralta, Sofía
Citation
Fedesarrollo. (2025). Prospectiva Económica. Bogotá: Fedesarrollo, marzo. Resumen Ejecutivo.ISSN
1692-0341Metadata
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Abstract
En esta edición de Prospectiva Económica, se analizan los principales resultados económicos de 2024, así como las proyecciones de Fedesarrollo para 2025 y los próximos años en términos de crecimiento económico, inflación, sector externo y cuentas fiscales. Este análisis abarca las implicaciones de los desarrollos recientes y las perspectivas en el contexto internacional y doméstico, destacando los retos coyunturales y estructurales que enfrenta la economía colombiana. En 2024, la economía global creció un 3,2%, desacelerándose frente a 2023 (3,3%) en un entorno marcado por una política monetaria restrictiva, conflictos regionales y una mayor volatilidad en los mercados financieros. Para 2025, se proyecta que esta tendencia continúe, con un crecimiento del 3,1%, inferior al promedio histórico de 3,7%, reflejando un menor dinamismo en Estados Unidos y China, en un contexto de restricciones al comercio internacional e incertidumbre global. En línea con lo anterior, también se anticipa una desaceleración en el crecimiento de los socios comerciales de Colombia, que pasaría del 2,8% en 2024 al 2,5% en 2025, incorporando el efecto de las medidas arancelarias implementadas por Estados Unidos hacia algunos de sus socios comerciales. Bajo este escenario, se proyecta que la tasa de cambio en Colombia en 2025 se ubique en un rango promedio de $\$$4.300 a $\$$4.400, con una mediana de $\$$4.341, lo que implicaría una depreciación de entre 5,6% y 8,0% frente al promedio de 2024 ($4.073). Este comportamiento respondería a una mayor prima de riesgo, impulsada tanto por factores externos, como la incertidumbre derivada de la guerra comercial y su impacto en las presiones inflacionarias globales, como por factores locales, entre ellos la reducción de la tasa de interés de intervención y la incertidumbre sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas, en un contexto de caída en los precios de los commodities y contracción en la producción de petróleo y carbón. Con respecto a la actividad productiva, en 2024, la economía colombiana se aceleró, alcanzando un crecimiento del 1,7% frente al 0,7% registrado en 2023. Este desempeño obedeció principalmente al dinamismo de la gran rama de administración pública, así como de las actividades agropecuarias y artísticas. Desde el enfoque de la demanda, se destaca el crecimiento de la formación bruta de capital y capital fijo, junto con el dinamismo de las exportaciones, como principales impulsores del crecimiento económico en este periodo. Por otra parte, la tasa de desempleo se ubicó en 10,2% en 2024, manteniéndose constante frente al año anterior. Para 2025, se mantuvo la proyección de crecimiento en 2,6% respecto a la edición anterior, impulsada por el dinamismo del comercio y la administración pública desde el enfoque de oferta, así como por la recuperación de la inversión y el crecimiento de las exportaciones desde el lado de la demanda. No obstante, se identifican riesgos que podrían reducir el crecimiento a 2,0%, entre ellos una menor demanda externa debido a restricciones al comercio internacional, un entorno de mayor incertidumbre global y local, y la persistencia de presiones inflacionarias y tasas de interés elevadas, que afectarían el consumo y la inversión. Como resultado, la industria y la construcción enfrentarían un menor crecimiento ante una menor demanda externa y costos de financiamiento más altos, mientras que el comercio se podría ver impactado por la desaceleración del consumo. En el mediano plazo, la economía convergería a su tasa de crecimiento potencial, impulsada por la recuperación de la inversión. En cuanto al mercado laboral, se espera que la tasa de desempleo se ubique en 9,8% en 2025. Por otra parte, el déficit de cuenta corriente en 2024 se ubicó en 1,8% del PIB, reduciéndose en 0,5 puntos porcentuales frente al balance de 2023 (-2,3% del PIB). Esta disminución obedeció a un menor déficit en la renta factorial y en la balanza de servicios, así como al aumento del superávit en transferencias corrientes impulsado por el crecimiento de las remesas, compensado parcialmente por un deterioro en la balanza comercial. Este déficit estuvo financiado principalmente por flujos de inversión extranjera directa, que, a pesar de registrar una caída anual de 15,2% en 2024, continuaron siendo suficiente para financiar 1,9 veces el déficit de cuenta corriente. Para 2025, Fedesarrollo revisó al alza la proyección del déficit de cuenta corriente, de 1,9% a 2,7% del PIB, lo que implica un aumento de 0,9 puntos porcentuales frente a 2024. Este incremento respondería a un mayor déficit comercial de bienes, impulsado por el crecimiento de las importaciones en un contexto de recuperación de la inversión. Además, la persistencia de la guerra comercial internacional en 2025 presionaría al alza el costo de las importaciones por una mayor inflación global y afectaría las exportaciones tradicionales y no tradicionales debido a la caída en los precios del petróleo y la desaceleración de los socios comerciales. En los años siguientes, el déficit seguiría ampliándose moderadamente, en línea con un mayor dinamismo económico, y luego se estabilizaría, permitiendo la estabilización de los pasivos externos. Este capítulo incluye, además, un recuadro sobre los principales efectos de la guerra comercial en la economía colombiana. Por otra parte, la inflación cerró en 5,20% para 2024, con una reducción significativa frente al 9,28% registrado en diciembre de 2023. No obstante, esta tendencia a la baja se interrumpió en enero y febrero de 2025, cuando se ubicó en 5,22% y 5,28%, respectivamente. En este contexto, se prevé que en 2025 cierre el año en 4,43%, por encima del 4,02% estimado en la edición anterior, debido a mayores presiones inflacionarias en regulados, servicios y alimentos. Por otro lado, la tasa de intervención cerró 2024 en 9,50%, con una reducción de 350 puntos básicos respecto al cierre de 2023 (13,00%). En enero de 2025, se mantuvo en 9,50% y se proyecta que cierre el año en 7,75%, 100 puntos básicos por encima de la previsión anterior (6,75%). En el frente fiscal, el análisis refleja un deterioro estructural en las finanzas públicas que se consolida desde la pandemia. En 2024, los ingresos del Gobierno nacional se ubicaron en 16,6% del PIB, 0,5 puntos porcentuales por debajo de lo estimado, mientras el gasto total ascendió al 23,4% del PIB, superando en 0,6 puntos la meta establecida en el marco fiscal de 2024. Este desequilibrio elevó el déficit fiscal a 6,8% del PIB, cifra que supera el 5,6% previsto y se suma a un promedio de 6,0% del PIB desde 2020. Con estos resultados, Fedesarrollo concluye que el Gobierno incumplió la regla fiscal en 2024. Para cumplir con la regla fiscal, Fedesarrollo estima que en 2025 será necesario un recorte del gasto de al menos $28 billones (1,7% del PIB). Además, en comparación con la edición anterior de Prospectiva Económica, la deuda neta seguiría una trayectoria superior en el mediano plazo. Adicionalmente, este capítulo incluye un recuadro que analiza las causas del persistente desbalance fiscal desde la pandemia, atribuido a un aumento estructural del gasto en funcionamiento, particularmente en el sector salud, el Sistema General de Participaciones (SGP), pensiones y el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC). Por último, se proyecta que en 2024 todas las regiones experimentaron una aceleración respecto a 2023, con la Pacífica, Central y Bogotá como principales impulsores del crecimiento nacional, debido al dinamismo de la administración pública, el sector agrícola y, en el caso de Bogotá, los servicios. En contraste, las regiones con alta dependencia del sector minero, como la Oriental, Caribe y Amazonía-Orinoquía, presentarían un crecimiento inferior al promedio nacional. Para 2025 y 2026, se prevé que el crecimiento estaría liderado por Bogotá y la región Pacífica, impulsado por la expansión del comercio, el dinamismo de la administración pública y la recuperación de la industria, seguidas por las regiones Central, Caribe y Oriental. No obstante, la reducción en la producción de petróleo y carbón seguiría afectando negativamente a las regiones con alta dependencia de esta actividad, como la Amazonía-Orinoquía, el Caribe y la Oriental. En particular, esta última enfrentaría riesgos adicionales en 2025 debido a los recientes enfrentamientos entre la fuerza pública y grupos al margen de la ley en su territorio.
Abstract
In this edition of Prospectiva Económica, we analyze the key economic results for 2024, along with Fedesarrollo’s projections for 2025 and beyond, focusing on economic growth, inflation, the external sector, and fiscal accounts. This analysis examines the implications of recent developments in both the international and domestic contexts, shedding light on the short-term and structural challenges facing the Colombian economy. In 2024, the global economy grew by 3.2%, slowing slightly from 2023’s growth of 3.3%, amid restrictive monetary policies, regional conflicts, and heightened financial market volatility. For 2025, growth is projected to moderate further, reaching 3.1%, below the historical average of 3.7%. This slowdown reflects weaker economic activity in the United States and China, as well as restrictions on international trade and ongoing global uncertainty. Correspondingly, the growth of Colombia’s trading partners is expected to decelerate, from 2.8% in 2024 to 2.5% in 2025, partly due to tariff measures implemented by the United States on some of its trade partners. Against this backdrop, the Colombian exchange rate is forecast to fluctuate between $\$$4,300 and $\$$4,400 in 2025, with a median of $\$$4,341. This implies a depreciation of 5.6% to 8.0% compared to the 2024 average of $\$$4,073. This trend is attributed to a higher risk premium driven by both external factors—such as the uncertainty surrounding the trade war and its impact on global inflation—and local factors, including the reduction in the intervention interest rate and concerns about the sustainability of public finances, given falling commodity prices and a contraction in oil and coal production. Regarding economic activity, Colombia’s economy grew by 1.7% in 2024, up from 0.7% in 2023. This acceleration was largely driven by the public administration sector, along with agricultural and artistic activities. On the demand side, gross capital formation and fixed capital growth, as well as robust export performance, were key drivers. Meanwhile, the unemployment rate remained steady at 10.2% in 2024. Looking ahead to 2025, Fedesarrollo projects growth at 2.6%, supported by robust commerce and public administration performance, along with a recovery in investment and exports. However, several risks could lower growth to 2.0%, including weaker external demand due to international trade restrictions, elevated global and local uncertainty, and persistent inflationary pressures coupled with high interest rates, which may dampen consumption and investment. As a result, the industrial and construction sectors may experience slower growth, affected by reduced external demand and higher financing costs, while the commerce sector could be hit by slowing consumption. In the medium term, economic growth is expected to converge with its potential rate, bolstered by investment recovery. The unemployment rate is anticipated to fall to 9.8% in 2025. In terms of the current account, the deficit stood at 1.8% of GDP in 2024, narrowing by 0.5 percentage points compared to 2023’s deficit of 2.3% of GDP. This improvement stemmed from a reduction in the factor income and services balance deficits, alongside a rise in current transfers, particularly driven by remittance growth. However, this was partially offset by a deterioration in the trade balance. The deficit was largely financed by foreign direct investment (FDI), which, despite falling by 15.2% in 2024, continued to cover 1.9 times the current account deficit. For 2025, Fedesarrollo revised the current account deficit projection upward from 1.9% to 2.7% of GDP, an increase of 0.9 percentage points over 2024. This rise is primarily attributed to a larger trade deficit in goods, driven by higher imports as investment recovers. The continued international trade war will likely raise import costs due to higher global inflation, while affecting both traditional and non-traditional exports due to falling oil prices and slower growth in trading partners. Over the following years, the deficit is expected to widen moderately, aligning with stronger economic activity before stabilizing, which should help stabilize external liabilities. This edition includes a special analysis detailing the impact of the trade war on the Colombian economy. Inflation closed 2024 at 5.20%, a significant decrease from 9.28% in December 2023. However, this downward trend was interrupted in early 2025, with inflation registering at 5.22% in January and 5.28% in February. As a result, inflation is expected to end 2025 at 4.43%, higher than the previously estimated 4.02%, due to greater inflationary pressures on regulated prices, services, and food. Meanwhile, the intervention rate closed 2024 at 9.50%, a reduction of 350 basis points from the previous year. It remained unchanged at 9.50% in January 2025 and is projected to close the year at 7.75%, 100 basis points higher than previously forecasted. On the fiscal front, the analysis highlights the continued structural deterioration of public finances, a trend that has worsened since the pandemic. In 2024, national government revenues amounted to 16.6% of GDP, 0.5 percentage points below the forecast, while total expenditures reached 23.4% of GDP, 0.6 percentage points above the fiscal framework target. This imbalance resulted in a fiscal deficit of 6.8% of GDP, exceeding the projected 5.6% and contributing to an average deficit of 6.0% of GDP since 2020. As a result, Fedesarrollo concludes that the government failed to meet the fiscal rule in 2024. To comply with the fiscal rule in 2025, Fedesarrollo estimates that a reduction of at least $28 trillion (1.7% of GDP) in spending will be necessary. Furthermore, compared to the previous edition of Prospectiva Económica, net debt is expected to follow a higher trajectory in the medium term. The chapter also includes a special analysis exploring the causes of the persistent fiscal imbalance since the pandemic, primarily attributed to structural increases in operating expenditures, particularly in health, the General System of Participations (SGP), pensions, and the Fuel Price Stabilization Fund (FEPC). In 2024, all regions experienced growth acceleration compared to 2023, with the Pacific, Central, and Bogotá regions being the main drivers of national growth due to the dynamism of public administration, the agricultural sector, and services in Bogotá. In contrast, regions heavily reliant on the mining sector, such as the Eastern, Caribbean, and Amazon-Orinoquía regions, saw slower growth than the national average. For 2025 and 2026, growth is expected to be driven by Bogotá and the Pacific region, supported by the expansion of commerce, public administration, and industrial recovery. The Central, Caribbean, and Eastern regions will also see growth, although the decline in oil and coal production will continue to negatively impact regions dependent on these sectors, such as Amazon-Orinoquía, the Caribbean, and Eastern regions. The latter, in particular, faces additional risks in 2025 due to recent conflicts between the public force and illegal groups in the region.
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Crecimiento Económico
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Política Monetaria
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Colombia
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International Context
Economic Growth
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Economic Projections
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